19 de abril de 2012

Madrid Ecocity: Miniprueba del Nissan Leaf


Durante este fin de semana se ha celebrado el Madrid Ecocity, un evento que lleva el lema de "movilidad sostenible" por bandera. Ha sido un evento abierto al público y cualquiera que se haya pasado por ahí habrá podido probar híbridos como el Toyota Prius (y su variante enchufable), vehículos de rango extendido como el Opel Ampera o eléctricos como el que ahora nos ocupa, el Nissan Leaf.

El Leaf tiene un exterior muy característico, es posiblemente el único coche junto con el Prius, que tiene una silueta tan propia y tan característica. Las ópticas delanteras sobresalen como protuberancias del capó, el emblema de Nissan se sitúa sobre la tapa que oculta los anclajes para conectar el Leaf a la corriente.

De perfil los pilotos delanteros se notan incluso más salientes, las pequeñas ruedas y la cintura ascendente que decae hasta el paragolpes trasero hacen que el Leaf parezca un coche con un ligero sobrepeso, los tiradores son cromados y llevan un pequeño botón que sirve tanto para abrir como para cerrar.

La trasera es la parte del Leaf que más claro nos deja que estamos ante un coche distinto, con unos pilotos que fluyen desde el pilar C hasta el paragolpes, destaca negativamente el sistema de apertura del maletero, demasiado grande y poco estético, ya que en el se sitúa la cámara trasera.

Para abrir y cerrar el Leaf hay que pulsar un pequeño botón que hay en la maneta. Abrimos el coche y nos sorprende con un interior muy amplio y con un salpicadero y tapicerías de color beige que imaginamos serán muy propensos a coger suciedad. Todos los plásticos son duros, con un ajuste muy bueno y de muy buena calidad. La consola central de color negro está ocupada por la pantalla del navegador/radio y por los controles de la climatización.

Desde la pantalla táctil del navegador podemos realizar varias funciones, como temporizar la hora de carga, el climatizador, ver la autonomía, consumo energético medio e instantáneo, ver las estaciones de carga más cercanas, etc.





El cuadro está dividido en 2. En la parte superior se nos marca la velocidad, la temperatura exterior y la hora. En la parte inferior la autonomía, la temperatura de las baterías, el odómetro, etc.



La palanca de cambio está claramente inspirada en un ratón de ordenador y su uso es igual que la de cualquier otro coche automático, con la curiosidad de que si introduces dos veces D se activa un modo ECO que regula el gasto energético. Se echa de menos un modo B como en el Prius que sirva para retener el coche e incrementar la regeneración de energía.


Arrancamos el coche y un icono nos indica que es cierto, que el coche está arrancado, pues como buen eléctrico el Leaf no emite sonido alguno y si no fuese por dicho icono parecería que el coche está apagado. El ordenador nos marca una autonomía de 21 Km, por lo que el paseo debe de ser corto.

Abandonamos la feria y salimos a callejear por Madrid y ya en los primero metros las virtudes del Leaf quedan muy claras, un coche cómodo, silencioso y muy agradable de conducir, a lo que también ayuda el tacto de la dirección, muy suave. Llegamos a un semáforo y el instructor de Nissan nos pide que cuando se ponga en verde pisemos a fondo para que veamos el empuje del motor eléctrico de 109 CV, y en cuanto se pone en verde le hacemos caso y pisamos a fondo y nos sorprendente el empuje que tiene, tanto que cuesta creer que tarde 11.9 segundos en alcanzar los 100 km/h viendo lo poco que tardamos en ponernos a 70 km/h.

A partir de ahí empezamos a circular en modo Eco y a realizar una conducción eficiente aprovechando la frenada regenerativa, recorremos algo más 10 Km antes de volver al lugar de origen, y al aparcar y conectar el Leaf al cargador nos sorprende ver que el ordenador marca una autonomía de 18 Km ¡Increíble! hemos recorrido algo más de 10 km y la autonomía únicamente ha bajado en 3 Km.

Nos bajamos del coche con una muy buena sensación, para ciudad es un coche perfecto, al nivel de un híbrido en calidad de conducción, lástima de la escasa autonomía y de los pocos puntos de carga que aún hay repartidos por nuestro país, aún así queda claro que la tecnología avanza por buen camino.



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